Vi su mirada hundida,
como perdida en la nada
tratando de recorrer
aquel silencio vacío.
Como si fuera el regreso
de lo hasta hoy ya vivido.
Ví aquel hombre caminar
por un sendero de espinas,
sin reparar en heridas
habiendo manos tendidas.
Vi su lucha sin sociedad
para ocupar un lugar,
sin empujar de su nido
al fruto de lo perdido.
Vi sus sueños ser cautivo
de una miseria sin tiempo
Vi con pena en no saber
en los años compartidos,
su color más preferido.
Ví a mi padre en su endereza,
ví a mi padre en su grandeza.

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