Los asados compartidos con el histriónico Duka (Parte I)

Suele decir una frase que no es de su autoría, pero que comparto “la única patria del hombre es la infancia”.

El Duka es la perfecta combinación del hombre instruido de tanto leer libros, por haber sido gerente de una importante librería, y la experiencia única que da la calle. Y que calle!

Ser parte de barras bravas, andar de tribuna en tribuna…

Hoy en día es el tipo que nos divierte, y se hizo popular con sus reflexiones, sus anécdotas y su revolucionario enfrentamiento a la corporación de los grandes medios de comunicación, el poder político y denunciar a los que manejan el negocio del fútbol.

A esto le suma que es ocurrente, muchas veces disparatado y muy histriónico. El combo perfecto para llegar a ser exitoso en estos tiempos de plataformas digitales.

Es la persona que, sin prejuicios, a su manera nos dice verdades. Es el tipo que pasó por tantas, de las malas, bien malas, que a esta altura de su vida no tiene nada para perder, o bien así parece transmitirlo en su andar por la vida.

Quienes comparten encuentros con él, asado de por medio, disfrutan de las bondades de un tipo que atrae con su carisma e historias en muchas ocasiones difíciles de comprobar de que sean realidad, o bien de que él haya sido el protagonista de las mismas.

Me extendí una vez más de los cuatro párrafos, así que voy a dejar, para posteriores columnas anécdotas nunca antes contadas que tienen como protagonista al Duka.

Historias que puedo llegar a contar como si hubiera estado sentado en la sobremesa de una parrillada en un quincho imponente de la provincia de Buenos Aires.

Historias que valen ser contadas y divulgadas.

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