MARCHE UN VIAGRA PARA EL PERONISMO

El movimiento fundado por el General ex Cangallo anda desorientado deambulando en búsqueda de la punta del ovillo. Como en el tango Cuesta Abajo, “…entre la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser…”

Impotente. Entre caudillos de bigotes prominentes enjaulados por delitos aberrantes, panzas no menos robustas acusados de robar inocencias en los jardines de La Matanza y muchachos que compran amor subidos a yates de lujo con chicas de plástico. Ya lo dijo Toloza Paz “en el peronismo se coje”. Pero Viki, ASÍ CUALQUIERA.

La impotencia parece que no solo es personal, sino también política. La compañera Evita dijo que el “Peronismo será revolucionario o no será nada”, que genia esta mina. La vio, va camino a lo último. Los muchachos y muchachas eran creativos y corajudos. Se imponían, como diría Scalabrini Ortiz: “el subsuelo de la patria sublevado”. Hubo de todo menos cobardía, de izquierda y de derecha.

De Menen y la brillante reforma de la Constitución de 1994, con algunos deslices incumplidos, el de ir a Japón vía estratosfera. Hay que tener huevos para pasar a la historia. Nestor y sus cojones para bajar el cuadro del genocida amigo de la actual Vice o decirle al FMI, ¿cuánto te debo? Pasá por caja que te liquido y no te quiero ver más.

Ni hablar de la tía Cristina, viuda, en el poder, con los jefes peronchos del “conurba”, los gobernadores que tienen las mismas convicciones que Groucho Marx (como muestra en esta parte se refiere a Jaldo, gobernador de Tucumán). Solamente acompañada por La Cámpora. Unos muchachos que cantaban con la misma fuerza que en el mundial gritaban por Messi : “Si la tocan a Cristina qué quilombo se va armar”, pero cuando le gatillaron en la cabeza, se borraron, no quedó nadie, hubo una estampida, como cuando alguien se tira un pedo en el subte.

Con ese panorama, buitres en serio y ejército de militantes de juguete, sino se manejaba como Margaret (perdón, esta es la idola del verdugo del peronismo) se la comían en el desayuno, la repetían en el almuerzo y se la volvían a masticar por las dudas.

Hasta que llegó el tío Alberto, tibio como el sol de otoño. Monocorde en sus tonos y sus hechos. Vicentin sí, Vicentin no, así se repetía como las expresiones periódicas de las matemáticas. Resultado: esto.

Mientras tanto los compañeros y compañeras deambulan en búsqueda de una idea que los sustente, de un líder que guíe la manada antes que el León los lleve al matadero cantando como las ratas del Flautista de Hamelin. Sin ideas nuevas, edulcorado, bajo en sodio y azúcares. Light. El peronismo ganador de mil batallas, el movimiento más rico de la historia de Latinoamérica. El que puso los muertos, los exiliados, los perseguidos. El de Perón y Evita. Ese que se le paraba de mano a cualquiera porque parió la clase media, derrotado por Tik Tok.

En un silencio que aturde, sin entender que los jóvenes que bancan a Milei lo hicieron “con pasión” y que las pasiones duran poco, LO QUE SE APRENDE RÁPIDO SE OLVIDA PRONTO. Pero para tener una oportunidad más, tal vez la última, deben ofrecerle una soga. Hasta los monos dejan una liana cuando ya manotearon la otra. Humillado e impotente, marche una pastillita azul.

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