CUANTO AMOR

Luck Ra le hizo un pedido especial a La Joaqui durante su escapada a Brasil

La relación amorosa entre Joaquinha Lerena De La Riva, más conocida como La Joaqui, y Juan Facundo Almenara Ordóñez, cuyo alias artístico es Luck Ra, crece a paso firme. Y cada vez que pueden, dan cuenta de eso en sus respectivas redes sociales. Es que la pareja de cantantes formalizó la cuestión en público hace menos de cinco meses y se dispensan amor en todo momento.

Así se pudo ver en las últimas horas a través del álbum de fotos que la autora de canciones de rkt como “Butakera” y “San Turrona” subió al feed de su Instagram, en donde su vínculo con el cantante cordobés se lleva casi todo el protagonismo. En una de las imágenes se la ve sosteniendo un pastel decorado en celeste -tal es el color de la cabellera de él, a la usanza del Potro Rodrigo- en donde se lee el mensaje: “¿Querés ser mi novia?”.

También se ve una foto hacia una habitación decorada con globos transparentes y con forma de corazón, junto con unas rosas blancas esparcidas por la cama y un sillón. Y más adelante, como destacada, la foto de un beso playero entre ambos: ella luciendo una bikini blanca y él, apenas con una malla negra.

“Hola, les dejo un carrete siendo feliz”, describió La Joaqui a la publicación en el pie de la misma, ya que además de fotos con su novio, se ven otras imágenes de ella disfrutando de un coco, de vistas hacia un impactante jardín, otra en la altura de un rascacielos, otra tomando a un perrito, una probándose unos lentes oscuros, entre más imágenes. “No podés ser así de linda, en serio”, le respondió su novio en los comentarios.

Días atrás, y en una aparición en Luzu TV, La Joaqui sorprendió con una profunda reflexión sobre la naturaleza cambiante de las relaciones personales. En una conversación distendida, abordó entre varios temas, cómo con el paso de los años algunas de sus amistades más cercanas se desvanecieron sin que haya habido un conflicto, sino simplemente por la divergencia de intereses. Con este enfoque, que demuestra mucha madurez emocional de su parte, la cantante reveló cómo aprendió a aceptar que no todos los vínculos duran para siempre.

“Hoy me pasó que me vi con una chica que conozco hace muchos años, con la que me dejé de hablar”, comenzó diciendo la Joaqui y agregó: “Pero no me dejé de hablar porque pasó nada ni porque me peleé, sino porque tal vez a ella le gusta la electrónica y a mí no, y no teníamos cosas en común”. Esta anécdota marcó el tono de la conversación que giró en torno a la evolución personal y cómo, en ocasiones, las relaciones no sobreviven a los cambios individuales.

En ese sentido, la Joaqui profundizó en cómo la vida y sus propias preferencias modificaron su manera de relacionarse con las personas que la rodean. Comentó que, con el tiempo, decidió emplear más momentos de ocio en actividades que le son más afines. “Los pocos ratitos que tenía libres, los fui usando... en ir a tomar el té, en hacer cosas que me gustan a mí”. Esta declaración no sólo refleja el valor que otorga a su propio bienestar, sino también cómo comenzó a rodearse de personas que comparten sus mismos intereses.

“Inconscientemente empezás a recurrir a las personas que comparten las mismas actividades. Creo que sobre todo a esta edad”, identificó la artista. “Tengo el ascendente en jubilada”, bromeó la artista aunque reconoció que disfruta de invertir su tiempo y energía en aquellos vínculos que verdaderamente enriquecen su vida. Durante la entrevista, también abordó cómo las redes sociales tienen un rol, aunque secundario, en el distanciamiento de algunas amistades. Relató una experiencia reciente en la que intentó contactar a una antigua amiga sólo para descubrir que esta la había dejado de seguir.

Aunque aseguró que este gesto no le afecta personalmente: “Me chupa un hue… las redes sociales”, sostuvo, aunque también reconoció el valor simbólico que estas tienen para otras personas. “Sé lo que significa para ella entonces ahí yo digo wow, qué grave me parece”.

Por último, la Joaqui explicó que su reacción hace unos años habría sido distinta. “Mi yo en otro momento le hubiera dicho ‘pero si yo no te hice nada, ¿por qué te pones así?’”. Sin embargo, ahora, aprendí a no dar demasiada importancia a estos gestos. “Esta vez dije ‘wow, qué grave que sientas que no tengas algo más que compartir conmigo’”.

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